lunes, 24 de octubre de 2011

ETA sacó a la crisis de la campaña española.

Madrid. — Los comicios generales del 20 de noviembre serán los primeros que España celebre sin la amenaza de ETA desde el regreso de la democracia al país. Con su declaración de cese definitivo de la violencia del jueves, la organización armada ha irrumpido en la campaña electoral y ha desplazado al que hasta ahora era el tema principal y casi único del debate político: la grave crisis económica que golpea a España.

"Estamos muy cerca de unas elecciones y le va a corresponder al nuevo gobierno afrontar la situación derivada del anuncio" de ETA, manifestó José Blanco, portavoz del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. "Estamos en un nuevo tiempo y le corresponde al nuevo gobierno y al nuevo Parlamento gestionarlo". El final del terrorismo etarra ha llegado al término del último mandato de un Zapatero fuertemente golpeado por la gestión que ha hecho de la crisis económica y justo un mes antes de la cita con las urnas, en las que todas las encuestas apuntan hasta el momento una gran victoria del Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy.
Figura clave. En este contexto cobra especial relevancia la figura de Alfredo Pérez Rubalcaba. Al candidato socialista para los comicios de noviembre se le atribuye gran parte del debilitamiento que ETA ha sufrido en los últimos tiempos y que ha contribuido al anuncio del final de su actividad armada. Los cinco años (2006-2011) en los que estuvo al frente del Ministerio del Interior han sido los peores para la organización separatista, cuya cúpula fue descabezada varias veces.
La pregunta es si el final del terrorismo anunciado por ETA influirá en unas elecciones en las que Rajoy está llamado a convertirse en el nuevo presidente del gobierno y el Partido Socialista (PSOE) a sufrir uno de los peores resultados electorales de su historia, si no el peor. Por la gran ventaja que el PP saca al PSOE en los sondeos, parece improbable un vuelco electoral. Pero quizá sirva a los socialistas para recortar esa distancia.
Al menos hasta ahora, ni Zapatero ni Rubalcaba han sacado pecho tras el anuncio de ETA. Es más, el jefe del Ejecutivo socialista atribuyó el mérito a todos los gobiernos que ha tenido la España democrática y reconoció también la labor de todos los ministros del Interior. Ru balcaba, que aseguró que la noche del anuncio del final de la violencia durmió "poco" y lloró "mucho", cuenta con una dilatada dedicación a la lucha contra el terrorismo. Durante el gobierno del conservador José María Aznar fue el interlocutor del PSOE sobre este tema. Ya con Zapatero en el Ejecutivo dirigió el proceso de diálogo con ETA sin formar parte del gobierno. Y después, como ministro del Interior, gestionó una política de dureza con ETA.
El debate. El próximo 7 de noviembre, Rajoy y Rubalcaba se enfrentarán en el único debate electoral televisado de la campaña para los comicios. Y entonces se verá si en un cara a cara Rubalcaba utiliza esa baza frente al presidente del PP, que tanto azotó en el pasado al Ejecutivo socialista por su política antiterrorista. Zapatero dedicó gran parte de su mandato a intentar terminar con ETA, empeñando al hacerlo su propia reputación. Durante su primer gobierno abrió un diálogo con ETA por el que tuvo que pagar un alto precio político, sobre todo por las arremetidas del PP de Rajoy. En su segunda legislatura firmó un nuevo pacto antiterrorista con el PP, con el que se consiguió rebajar la crispación política de los años anteriores en torno al tema de ETA.
Zapatero "me prometió que iba a tratar de acabar con el terrorismo e implantar la paz en Euskadi si llegaba al gobierno. Junto a muchos otros, lo ha conseguido", manifestó el diputado socialista Eduardo Madina, quien sufrió la explosión de una bomba de ETA en su coche en 2002. El PSOE podría estar empezando a sacar pecho.

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